VIVIR DESDE LO QUE HAY Y NO DESDE LO QUE FALTA

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A veces estamos tan cansados que no nos da tiempo ni a mirar. A mirar de verdad.
Vivimos corriendo, cumpliendo con deberías, tachando tareas pendientes, intentando llegar a todo… y en medio de esa prisa, se nos olvida vivir.

Siempre queremos más: más calma, más claridad, más amor, más propósito.
Pero cuando por fin llega eso que tanto deseábamos, apenas lo celebramos, lo damos por hecho, lo colocamos en la lista de “ya conseguido” y pasamos al siguiente objetivo.
Y así, la vida se nos escapa entre los dedos.

El momento presente —con sus luces y sus sombras— es perfecto.
Porque, aunque a veces duela, es justo lo que necesitas vivir para experimentar una dicha mayor.
No hay error, no hay castigo, no hay demora, sólo procesos que te preparan para ver la belleza con otros ojos, pero hay que interiorizar el aprendizaje antes, aceptando, sin resistencia, con confianza.

¿No te ha pasado que, después de atravesar algo muy difícil, pensaste: “Tenía que vivir aquello para entender esto”?. Como bien dice Miguel de Cervantes en el Don Quijote de la Mancha: "Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen dificultad te parecen imposibles; confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.

La vida sabe.
Pero no confiamos. Queremos controlarlo todo, entenderlo todo, resolverlo todo.
Y en esa exigencia olvidamos lo esencial: la vida no necesita ser distinta, necesita ser mirada con otros ojos.

Lo que ocurre en este instante —sí, justo ahora— es perfecto, sólo nos queda mirar con otros ojos, valorar lo que sí tenemos y tanto tiempo rogamos por tener, vivir desde lo que hay, no desde lo que falta.

Y ahí, justo ahí, aparece algo sutil pero inmenso: el agradecimiento. No como un pensamiento bonito, sino como una forma de habitar la vida, una vibración que ordena, que calma, que devuelve sentido.

El lunes empezamos algo especial: una semana para practicar esto juntos, para detenernos, respirar y volver a ver la vida tal como es: suficiente, completa, perfecta.
La llamo la Semana del Agradecimiento, pero en realidad es un regreso a casa.

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Con amor y alas,
Pili con Alas

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Martes con alas: tu recordatorio semanal de que el cambio empieza dentro.

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